Acabemos con la Corrupción

La reciente confesión del presidente de Credicorp, Dionisio Romero, de haber aportado más de 3 millones y medio de dólares a la campaña de Keiko Fujimori en las elecciones del 2011, ha vuelto a recordarnos lo que Lavajato ya había mostrado: el poder del dinero para viciar los mecanismos de la democracia y corromper a las autoridades elegidas.

Para alcanzar una democracia real, no es suficiente declarar que “somos iguales ante la ley”, o que hay “independencia de poderes”, cuando en realidad estos poderes han sido capturados por las empresas y grupos de poder. Más que el voto cada 5 años, una democracia debe asegurar que esas declaraciones se cumplan en el día a día.

Usemos el poder que tenemos desde la ciudadanía. Hagamos vigilancia ciudadana del gasto público. Participemos directamente en nuestros gobiernos locales o comunitarios. Fomentemos asociatividades cívicas, productivas, gremiales y sindicales. Y protestemos enérgica pero pacíficamente, contra las desigualdades y la corrupción.

Traduzcamos nuestra indignación dejando de ser clientes de empresas que corrompen funcionarios del Estado. Dejemos de usar los servicios de sus empresas y marcas asociadas, como el Banco de Crédito del Perú, Prima AFP, los alimentos de Alicorp, las gasolineras Primax, entre otras.

¡No dejemos que los multimillonarios del mundo, limiten nuestras vidas y destruyan nuestro planeta!