Qué Estado Necesitamos
La emergencia sanitaria ha puesto el tema del Estado en el centro de la agenda del día. Y es que el encierro obligatorio es una medida que sólo el Estado central podía articular y, que felizmente, ha logrado de forma oportuna y eficaz. Obviamente, eso ha llamado la atención. No muchas veces en nuestra historia reciente, hemos podido sentirnos relativamente satisfechos u orgullosos del accionar estatal.
Con esta situación, ha quedado sin piso la interesada prédica que vienen haciendo por años las élites empresariales y los ideólogos del capitalismo salvaje, que propugnan un Estado pequeño, reducido a ser solo árbitro cuando haya dificultades o desacuerdos, y que sean las fuerzas del mercado las que ordenen la vida económica y social.
Hoy sabemos que con ese discurso, los empresarios neo liberales han reducido y secuestrado al Estado, han alentado la privatización de las escasas industrias estratégicas y los servicios básicos, debilitando a la escuela pública, desabasteciendo hospitales, y en general, privatizando todo lo que les puede generar ganancias.
La pandemia que vivimos estos días nos enseña, y no solo en el Perú sino incluso en las llamadas democracias europeas, la importancia de contar con servicios públicos fuertes, que garanticen los derechos de los pueblos a la salud, a la educación, a la alimentación, y a la seguridad, entre otros derechos.
Sin embargo, lograr el tipo de Estado que necesitamos, fuerte, no “comprado” por los grupos de poder, sino al servicio de la ciudadanía, no depende de las personas que están en el poder ejecutivo. Se requiere fundamentalmente de una opinión pública activa, y de una organización y tejido social con capacidad de crítica, de movilización, y sobre todo, capaz de construir alternativas para un orden económico y social distinto.
¡Es hora de pensar en el cambio!